Cuarto Domingo de Cuaresma

Su Padre lo vio y se conmovió

“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo”

A menudo en nuestra vida , nos sentimos indignos, incapaces de alcanzar el objetivo propuesto . A veces sentimos que ser Cristiano es seguir un camino , es cumplir tantas reglas y exigencias ……

La liturgia de este Cuarto Domingo de Cuaresma viene a intentar despertarnos de esta mentalidad de autoexigencia . Y nos recuerda que ser cristiano solo requiere Amar pero también dejarse Amar incluso en el momento del fallo , de la equivocación , de la duda.

La parábola del Hijo Pródigo nos revela cómo es ese Dios Padre que ve a su hijo de lejos ….y se conmueve . Le ve de lejos porque a pesar de su error, le sigue esperando, le sigue amando . Es más ; en ese error , en esa lejanía que el hijo decide …es cuando más le ama . Porque así es Dios. No puede no Amar. Porque si Dios es Amor, donde Él está no hay reproche, no hay lugar para nada….más que para el abrazo y la fiesta .

No te pidas a ti mismo aquello que ni Dios te pide . Por eso este domingo es un domingo para sentir el abrazo de Dios, ahí en nuestra pobreza y en nuestro pecado.

Gracias Padre bueno por acogernos como hijos pródigos y hacer fiesta cada vez que volvemos nuestra mirada a Tí , intentando levantarnos de nuestras caídas.

¡Feliz IV Domingo de Cuaresma!